Yo fui a El Comalito por la primera vez en un viernes por la noche. Mis amigos y yo viajamos por coche
desde la Universidad de Maryland. El Comalito es un restaurante local que
les sirve a la comunidad comida salvadoreña. Está en Langley Park y es muy popular con la gente salvadoreña
que vive allá. Fuimos para El Comalito a las siete, llegamos a las
siete y doce y estuvimos a nuestra mesa antes de las ocho. Para beber, todos
tomamos lo que se hace el restaurante conocido, La Horchata. La
Horchata es un bebido muy dulce y sabroso, y contiene almendras molidas,
canela, vainilla, leche, y semillas de sésamo. Para mí, tenía
sabor a un café, de canela y vainilla.
Pide una pupusa y me gustó mucho la mía. La pupusa es una comida típica del Salvador. Es una tortilla con queso y frijoles
fritos en dentro. Se la cocina en
un horno y sabe deliciosa. No era
tan grande ni tan pequeña, era perfecta. Otras opciones buenas eran Carne Asada (bistec con
arroz, frijoles, ensalada, y una tortilla), Tamales (masa de maíz al vapor), y
Pan con Pollo (un sándwich de pollo muy sabroso). Un amigo pido la carne asada y otra amiga pido el pan can
pollo. Probé todo y me gustó cada
uno. Típicamente me gusta cenas
con carne y por eso me gustó más la carne asada. Pero fue una cena muy grande, buena para compartir. También a mis amigos les gustó la
comida y todos eran satisfechos después de la cena.
El ambiente del restaurante era
muy bueno. Había muchas luces y
dibujos latinos en las paredes. El
restaurante era un poco pequeño pero no nos molestó nada. La mayoría de las clientes era
salvadoreños pero todos los camareros hablaron inglés y español. Es bueno porque los inmigrantes puedan
ir a un lugar que es simbólico de su país nativo. Pero también pueden ir los americanos que quieren probar
comida salvadoreña. No cuesta
mucho, ¡las pupusas cuestan solo $1.25 por cada! El único problema fue que necesitamos esperar por cuarenta
minutos. Pienso que debe moverse a
una locación nueva, que puede servir más clientes. También esperamos por un largo tiempo por nuestra comida y
esto no me gustó porque tuve hambre aquella noche. Pero los camareros eran simpáticos y complacientes. Me volvería una vez más por
supuesto y se lo recomendaría a mis amigos.